El día miércoles 6 de diciembre se realizó el primer claustro anual de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosofía. Fueron convocadas las plantas académicas y administrativas junto a las integrantes del Centro de Estudiantes de la Carrera de Filosofía y alumni del Magíster en Ciencias Religiosas.
El tema convocante fue «La misión de la Facultad a la luz del sello institucional»

Se inauguró con palabras de la decana, Sandra Arenas, quien a la luz de la carta apostólica Ad theologiam promovendam, señaló que la invitación del Papa Francisco a La Pontificia Academia de Teología, se podía extender también a esta Facultad por su carácter académico, interdisciplinario y con sentido de la misión de la Universidad Católica. Motivó así a construir y promover una cultura del diálogo y del encuentro bajo la motivación de una teología y filosofía en salida. Resaltó varias frases del Pontífice referidas a la teología contextual: “Que el lugar de sus reflexiones sean las fronteras”, “leer e interpretar el Evangelio en las condiciones en que viven diariamente los hombres y mujeres”… Recordó también algunos desafíos eclesiales que en la carta interpelan especialmente a la labor académica como la transdisciplinariedad, la dimensión sinodal y el saber crítico de carácter sapiencial. Para ello cabe recordar que solo desde la valoración de diferentes tradiciones y diferentes saberes, entre diversas confesiones cristianas y diversas religiones, es posible encontrarse abiertamente con todos, creyentes y no creyentes. 

Un espacio de oración preparada por el Vicedecano, permitió disponerse a acoger en discernimiento comunitario la inspiración del Espíritu y a acoger la llegada de dos nuevos académicos al Departamento de Ética Aplicada: Pietro Cea y José Alegría.

Posteriormente, Jorge Baeza, Investigador Asociado del Departamento de Ética Aplicada, realizó una charla motivadora en vista al posterior trabajo de evaluación y proyección. Comenzó con un análisis estadístico para identificar ¿a qué tipo de estudiantes estamos sirviendo? Describió sus condiciones socio-económicas, culturales y adhesión o (des)interés religioso. Comentó que se estaba ante un sujeto inesperado, usando una categoría de la filosofía contemporánea. Esto se da porque el rechazo a la institucionalidad se deriva del declive de las instituciones, relacionadas con normas y autoridad. Por ello, para la nueva generación, creencia en Dios y la religión ya no van juntos. En consecuencia recordó qué aspectos podemos renovar para mejorar nuestro servicio basándose en los principios de la UCT. Finalmente, recordando la influencia de Guardini y su ética de contrarios en el Papa Francisco, resaltó la posibilidad de la Facultad de avanzar en la reflexión de una ética de la alteridad, según la cual se plantea un desarrollo desde la ética del yo a una ética del nosotros. Esto constituye un aporte especialmente relevante en una sociedad del desprecio a los otros.

Se convocó a la reflexión dialogada por departamentos con las siguientes preguntas: ¿Cómo hacer una teología en salida? ¿Cómo trabajar una ética de la alteridad? ¿Cómo hacer una antropología relacional? Si está ¿qué más podemos hacer?

Luego del diálogo de las mesas de trabajo, se hizo un plenario facilitado por Pablo Palet, recogiendo los retos y desafíos interdepartamentales de la Facultad. Con ese insumo se espera construir los ejes priorizados de trabajo del año 2024 en docencia, vinculación con el medio, gestión e investigación, dentro de los Portafolios Estratégicos de Proyectos del trienio.

Hacia el final, el Vicedecano Jorge Gutiérrez, quien lideró la preparación del encuentro, agradeció la activa participación de toda la comunidad de la Facultad, especialmente la disposición del profesor Baeza, la eficiente y generosa colaboración de la asistente Sra. Ana Olivares en las gestiones y a las representantes del Centro de Estudiantes de Licenciatura en Filosofía y al Mg. Fredy Flores, de la comunidad alumni de la Facultad, quienes participan por vez primera en un espacio de esta naturaleza.